Turquía una amenaza eterna para Armenia y fuente de inestabilidad y tensión en nuestra región, dijo el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan
Ereván (SoyArmenio) — Turquía esuna amenaza eterna para Armenia y fuente de inestabilidad y tensión en nuestra región, dijo el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, en la Universidad de Columbia de Nueva York durante una visita de trabajo a los Estados Unidos.
"Puedo criticar muchas cuestiones de política interna y externa, pero debo admitir que los anteriores gobiernos de Armenia hicieron esfuerzos reales para establecer relaciones con Turquía a principios de los años noventa y entre 2008 y 2009. Se llegó a un acuerdo sobre el establecimiento de relaciones diplomáticas con Turquía sin condiciones previas a pesar del trágico pasado. Sin embargo, estos esfuerzos permanecieron sin respuesta, rechazados e incluso especulados por Turquía, que lo firmó, pero luego se negó a ratificar los Protocolos de Zurich", dijo Pashinyan.
Según él, hoy, 104 años después del Genocidio Armenio, Turquia una amenaza eterna para Armenia y continúa su política hostil hacia los armenios, cerrando fronteras terrestres, brindando apoyo político y militar a Azerbaiyán contra Armenia y Artsaj (Nagorno-Karabaj), justificando así el Genocidio Armenio.
"Somos nativos de la región y vivimos aquí desde tiempos prehistóricos. Sobrevivimos al genocidio y estamos construyendo un estado democrático, pacífico y viable. Esta es una realidad que Turquía debe aceptar, dejando de ser una amenaza eterna para la seguridad de Armenia y el pueblo armenio", dijo Pashinyan.
Recordó que la igualdad y la libre determinación de los pueblos es uno de los principios del derecho internacional propuestos por los copresidentes del Grupo Minsk de la OSCE en la solución del tema de Artsaj.
Hablando de este principio, a veces hay una tendencia a justificar la autodeterminación y descuidar la igualdad de los pueblos. "Los pueblos que conviven deben reconocerse como sujetos iguales. Esto significa negar la soberanía, la subyugación o la destrucción de los demás", dijo. Turquia es una amenaza eterna para Armenia
El genocidio armenio
También llamado Mec Yełeṙn o "Gran Crimen", fue la deportación forzosa y exterminio de aproximadamente un millón y medio de personas por el gobierno de los Jóvenes Turcos en el Imperio otomano, desde 1915 hasta 1923.
Se caracterizó por su brutalidad en las masacres y la utilización de marchas forzadas con las deportaciones en condiciones extremas, que generalmente llevaba a la muerte a muchos de los deportados.
Otros grupos étnicos también fueron masacrados por el Imperio otomano durante este período, entre ellos los asirios, los griegos pónticos y los serbios.
La fecha del comienzo del genocidio se conmemora el 24 de abril de 1915, el día en que las autoridades otomanas detuvieron a 235 miembros de la comunidad de armenios en Estambul; en los días siguientes, la cifra de detenidos ascendió a 600. Posteriormente, una orden del gobierno central estipuló la deportación de toda la población armenia, sin posibilidad de cargar los medios para la subsistencia, y su marcha forzada por cientos de kilómetros, atravesando zonas desérticas, en las que la mayor parte de los deportados pereció víctima del hambre, la sed y las privaciones, a la vez que los sobrevivientes eran robados y violados por los gendarmes que debían protegerlos, a menudo en combinación con bandas de asesinos y bandoleros.
Aunque la República de Turquía, sucesora del Imperio otomano, no niega que las masacres de civiles armenios ocurrieron, no admite que se trató de un genocidio, arguyendo que las muertes no fueron el resultado de un plan de exterminio masivo, sistemático y premeditado dispuesto por el Estado otomano, sino que se debieron a las luchas interétnicas, las enfermedades y el hambre durante el confuso periodo de la Primera Guerra Mundial.
A pesar de esta tesis, casi todos los estudiosos —incluso algunos turcos— opinan que los hechos encajan en la definición actual de genocidio.
Se lo considera por lo general el primer genocidio moderno; de hecho, es el segundo caso de genocidio más estudiado, después del Holocausto.
El primero en reconocer el genocidio de los armenios en el Imperio Otomano fue Uruguay en 1965, posteriormente le siguieron Rusia, Francia, Italia, Alemania, Holanda, Bélgica, Polonia, Lituania, Eslovaquia, Suecia, Suiza, Grecia, Chipre, Líbano, Canadá, Venezuela, Argentina y casi todos los estados de EEUU, además del Vaticano, el Parlamento Europeo y el Consejo Mundial de Iglesias.
Se caracterizó por su brutalidad en las masacres y la utilización de marchas forzadas con las deportaciones en condiciones extremas, que generalmente llevaba a la muerte a muchos de los deportados.
Otros grupos étnicos también fueron masacrados por el Imperio otomano durante este período, entre ellos los asirios, los griegos pónticos y los serbios.
La fecha del comienzo del genocidio se conmemora el 24 de abril de 1915, el día en que las autoridades otomanas detuvieron a 235 miembros de la comunidad de armenios en Estambul; en los días siguientes, la cifra de detenidos ascendió a 600. Posteriormente, una orden del gobierno central estipuló la deportación de toda la población armenia, sin posibilidad de cargar los medios para la subsistencia, y su marcha forzada por cientos de kilómetros, atravesando zonas desérticas, en las que la mayor parte de los deportados pereció víctima del hambre, la sed y las privaciones, a la vez que los sobrevivientes eran robados y violados por los gendarmes que debían protegerlos, a menudo en combinación con bandas de asesinos y bandoleros.
Aunque la República de Turquía, sucesora del Imperio otomano, no niega que las masacres de civiles armenios ocurrieron, no admite que se trató de un genocidio, arguyendo que las muertes no fueron el resultado de un plan de exterminio masivo, sistemático y premeditado dispuesto por el Estado otomano, sino que se debieron a las luchas interétnicas, las enfermedades y el hambre durante el confuso periodo de la Primera Guerra Mundial.
A pesar de esta tesis, casi todos los estudiosos —incluso algunos turcos— opinan que los hechos encajan en la definición actual de genocidio.
Se lo considera por lo general el primer genocidio moderno; de hecho, es el segundo caso de genocidio más estudiado, después del Holocausto.
El primero en reconocer el genocidio de los armenios en el Imperio Otomano fue Uruguay en 1965, posteriormente le siguieron Rusia, Francia, Italia, Alemania, Holanda, Bélgica, Polonia, Lituania, Eslovaquia, Suecia, Suiza, Grecia, Chipre, Líbano, Canadá, Venezuela, Argentina y casi todos los estados de EEUU, además del Vaticano, el Parlamento Europeo y el Consejo Mundial de Iglesias.
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