El legislador turco de origen armenio Garo Paylan declaró en el parlamento de Turquía que el patrimonio cultural armenio está siendo negado y hasta mal representados en ese país
Ereván (SoyArmenio) — El legislador turco armenio Garo Paylan declaró en el parlamento de Turquía que el patrimonio cultural armenio está siendo negado y hasta mal representado en ese país.
Al dirigirse a colegas legisladores durante una sesión parlamentaria, Paylan dijo que Turquía no dice en voz alta que el palacio de Dolmabahçe en el distrito de Beşiktaş de Estambul fue diseñado por un arquitecto armenio.
Según informa Ermenihaber.am, Paylan contó la historia de cómo él y sus compañeros de estudios fueron llevados a Dolmabahçe hace un año, donde un guía dijo que el palacio fue construido por un arquitecto italiano llamado Baliani. Mientras que, dice, más tarde descubrió que el edificio fue construido por Garabed Balyan, miembro de la prominente familia de arquitectos de la corte armenia otomana.
En su discurso, Paylan cuestionó la idea errónea entre el público de que un arquitecto italiano es mejor que un armenio.
Añadió que muchos edificios históricos en Estambul llevan las marcas de la famosa familia Balyan.
La familia Balyan
Nueve arquitectos por cuatro generaciones, al servicio de seis sultanes otomanos como arquitectos imperiales por más de cien años –la familia Balyan le dio forma a la apariencia y la sensación de una metrópolis que ha estado desde siempre en el entrecruce del este y el oeste y que se ha encontrado particularmente divido entre la tradición y la modernidad durante el siglo XIX.Merametçi Bali Kalfa, uno de los del clan que murió en 1803, fue seguido por sus hijos Krikor y Senekerim, quienes fueron referidos en su tiempo con el título honorífico “Amira”, lo cual indicaba su influencia política y social en los círculos otomanos.
El hijo de Krikor, Garabed fue seguido por sus hijos Nigoghayos, Sarkis, Hagop, Simon, y Levon, el último de los Balyans que murió en 1925, no mucho después de que el imperio al que sirviera se derrumbara.
Aquella época fue uno de los complicados momentos de la reforma en el mundo otomano que intentó acomodarse al rápido ritmo de desarrollo en Europa y en Oeste mientras se aferraba a modos de gobierno obsoletos.
La arquitectura de aquella época refleja las idas y vueltas a través de Bosphorus.
Los Balyans decoraron la capital del Imperio Otomano con mezquitas e iglesias, palacios y pabellones reales, tumbas ornamentadas, escuelas y hospitales, represas y plantas de agua, hasta torres-reloj y la casa de moneda.
Hasta estos días algunas de las estructuras más finas en Estambul se levantan luego de haber tenido sus planos dibujados por uno de los Balyans.
Los arcos orientales fusionados con fachadas occidentales evocan el espíritu de las Bellas Artes que la educación francesa, entre otros factores, inspiró a los miembros de esta famosa familia armenia otomana.
Además del famoso Palacio Dolmabahche, los Paylan construyeron el Palacio Saraybunu, el Palacio Beshiktash, el Palacio Beylerbey, el Palacio del Sultán Valide, el Palacio Defterdar, la Mezquita Nusretiye, la Selimiyey, Davutpasha y las unidades militares Beyoghlu, en la iglesia de San María de Armenia, el Palacio Chraghan, la Escuela Marukyan en Beshiktash y varias otras estructuras arquitectónicas creadas por los famosos Palyan en Estambul.
El Palacio Dolmabahçe
El palacio más grande en Turquía, Dolmabahçe fue el último paso simbólico dado por la realeza otomana para demostrar la adopción de los estándares occidentales en el siglo XIX.
Terminado por los Balyan en 1856 luego de diez años y un inmenso costo, el palacio parece inmediatamente como de estilo europeo, con un frente neoclásico, dos alas y cuartos designados para adaptarse a los gustos más refinados del París, Viena o San Petersburgo de aquel tiempo.
Y aun así, hay motivos orientales grabados en fila con candelabros de cristal colgando sobre elegantes esclaras.
Además, el Palacio Dolmabahçe tiene una sección separada, con una sutil entrada al harem del sultán y los departamentos de la familia, juntando el edificio principal a través de un hall ceremonial, reflejando las convenciones de la vida de la familia turca tradicional al tiempo que conservaba el protocolo del palacio otomano.
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