Azerbaiyán continúa la represión contra la sociedad civil - Human Rights Watch

Human Rights Watch lamentó que Azerbaiyán rechazara revisar sus procesamientos de arrestos por motivación política, de desprotección contra las personas LGBT y su negativa a reformar la legislación penal contra la difamación.

Human Rights Watch (HRW) lamentó que Azerbaiyán rechazara revisar sus procesamientos de arrestos por motivación política, de desprotección contra las personas LGBT y su negativa a reformar la legislación penal contra la difamación.

 

También ha expresado su decepción porque el gobierno relegó para seguir estudiando una serie de recomendaciones sobre la necesidad de proteger a las personas LGBT de la discriminación, reformar las regulaciones restrictivas que rigen el registro y financiamiento de organizaciones no gubernamentales, y reformar la legislación penal contra la difamación. 

De las pocas recomendaciones que el gobierno azerí rechazó de HRW más se relacionan con procesamientos de motivación política. Esto también es decepcionante, si no sorprendente. 

Azerbaiyán tiene un historial persistente de usar cargos falsos para encarcelar a los críticos del gobierno, manipulando o fabricando evidencia rutinariamente. Muchos casos muestran que las autoridades tenían motivación para tomar represalias contra los críticos. Cuando las autoridades detienen a estas críticas, se centraron tanto en el trabajo político o periodístico de los críticos como en la supuesta infracción. En algunos casos, como Afgan Mukhtarli, el periodista que fue secuestrado de Georgia y trasladado ilegalmente a través de la frontera a Azerbaiyán en mayo de 2017, las acusaciones de las autoridades simplemente no cumplen ni siquiera el umbral mínimo de credibilidad. También entre estos casos estaba Ilgar Mammadov, cuya persecución fue encontrada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en represalia por sus actividades políticas. Al gobierno le tomó más de cuatro años después del primer fallo de la corte liberarlo, y todavía enfrenta una sentencia suspendida, una prohibición de viajar y restricciones sobre sus actividades. Pero varias decenas de críticos, como el Sr. Mukhtarli, permanecen tras las rejas. La reducida cohorte de abogados que los representan se está reduciendo porque el Colegio de Abogados los inhabilitó o suspendió sus licencias. 

El gobierno de Azerbaiyán debería liberar de inmediato a los muchos blogueros, activistas políticos y otros críticos que son encarcelados injustamente en represalia por sus actividades legítimas. Debe permitir a los abogados realizar su trabajo sin interferencia indebida del gobierno. Y debería reformar las leyes y reglamentos sobre las ONG y su acceso a la financiación, de acuerdo con las recomendaciones de la Comisión de Venecia del Consejo de Europa.