Azerbaiyán disgusta a inversores internacionales

Azerbaiyán sacudió a los inversores internacionales esta semana cuando el Banco Internacional (IBA) se declaró en quiebra en una corte de Nueva York.

Azerbaiyán sacudió a los inversores internacionales esta semana cuando el Banco Internacional (IBA) se declaró en quiebra en una corte de Nueva York.

Los inversores internacionales que tienen algunos de los USD3.300 millones en deuda externa tendrán que aceptar una pérdida del 20% en valor o alejarse por completo. Y si bien no es raro que los bancos de los países en desarrollo vayan a la quiebra, lo es cuando el banco es de propiedad del gobierno y dirigida por el gobierno, y ese gobierno en cuestión tiene dinero más que suficiente para pagar.

Si bien es difícil simpatizar con inversores apostando a un gobierno dictatorial de un país de ingresos medios, los inversores tienen una queja legítima: IBA es un banco de facto de propiedad estatal y de gestión, y el estado de Azerbaiyán tiene más que suficientes fondos para pagar las deudas del banco. 

Aunque los inversores señalan que Azerbaiyán tendrá que pagar un alto interés para atraer inversión privada en el futuro, Bakú no parece particularmente preocupada, tal vez porque los prestamistas no gubernamentales internacionales como la europea Banco de Reconstrucción y Desarrollo parecen destinados a proporcionar fondos suficientes para la prioridad económica estratégica del país, el corredor meridional de gas, a pesar del fracaso de Bakú para cumplir con la barra (bastante baja) de transparencia exigida por la Iniciativa de transparencia a las Industrias extractivas. 

Y por encima de todo lo demás, ese banco tiene una historia como vehículo para el lavado de dinero de un país rico y poderoso.

En octubre de 2016, el ex presidente de IBA y otros siete fueron condenados hasta 15 años de prisión por malversación de 211 millones de manat de los fondos de la IBA. Los analistas y activistas sospechan que los gerentes condenados eran meramente cabezas de turco, y han alegado que los fondos robados en realidad ascendían a $8.000 millones. El esquema fue supuestamente conectado al otrora poderoso ex ministro de Seguridad Nacional Eldar Mahumdov, quien fue despedido por el presidente Aliyev a finales de 2015, poco después de las detenciones iniciales en el caso.

Dada la opacidad de toma de decisiones y las finanzas estatales oficiales en Azerbaiyán, se plantea la cuestión de por qué el Estado eligió este momento para cortar el apoyo financiero a la IBA. 

Tomados en conjunto con la apresurada salida de la EITI en marzo de 2017, el tema de fondo es el gobierno parece importarle cada vez menos la percepción de ellos en occidente, así como las quejas contra Ilham Aliyev por nombrar a su esposa vicepresidente.