En un bosque de Israel dedicado al primer presidente de Israel, Chaim Weizmann, 613 árboles fueron plantados el mes pasado para marcar lo...
En un bosque de Israel dedicado al primer presidente de Israel, Chaim Weizmann, 613 árboles fueron plantados el mes pasado para marcar los "24 años del genocidio de Jodzhali" en Azerbaiyán.
Los únicos que conmemoran este "genocidio" en el que 613 personas fueron muertas, son los azeríes, los turcos y, en los últimos años, los israelíes.
La prensa azerí está encantada: "No es sorprendente que los israelíes recuerdan a las víctimas de Jodjalí. Los judíos saben más que cualquier otra nación el dolor de las víctimas inocentes, asesinados solamente por pertenecer a un determinado grupo"
La batalla por Jodjalí tuvo lugar en febrero de 1992, en el apogeo de una viciosa batalla entre Azerbaiyán y las fuerzas armenias durante la Guerra de Nagorno Karabaj. Hay varias versiones con respecto a lo que pasó, incluyendo el número de víctimas en disputa. Hay algunos que hasta dicen que ni siquiera hubo matanza, pero una cosa es clara: No es genocidio lo que allí tuvo lugar. Digo esto como investigador sobre genocidios y como una persona que cree que el asesinato de una sola persona a causa de su afiliación es un crimen intolerable.
Al comienzo de la guerra, los observadores estaban convencidos de Azerbaiyán acabaría con el enclave armenio en cuestión de días, pero después de seis años empapados en sangre, con las dos partes perpetrando masacres, los armenios ganaron.
El "genocidio" en Jodjalí es una cínica fabricación azerí, mala y cruel. Está siendo fomentada por Azerbaiyán, que declara explícitamente su intención de conquistar Nagorno-Karabaj y la destrucción de sus aldeas.
En los últimos años, el Estado de Israel, el principal proveedor de armas a Azerbaiyán, - se convirtió en partidario directa e indirecto de estas afirmaciones de genocidio. El Presidente Reuven Rivlin habló de la tragedia de Jodzhali en su discurso pronunciado en enero de 2015 ante la Asamblea General de la ONU en el Día Internacional de la Memoria del Holocausto, en referencia a los actos de genocidio que tuvieron lugar en nuestro tiempo. Él no definió específicamente lo que sucedió en Nagorno-Karabaj como genocidio, pero lo unió a uno al decir "la matanza en Jodjalí".
Rivlin declaró públicamente con anterioridad, incluso cuando él era presidente de la Knéset, que Israel debe reconocer el genocidio armenio (perpetrado por el gobierno otomano, a partir de 1915), pero se niega a repetir esto como presidente. Sus palabras en las Naciones Unidas fueron interpretadas por ambos, azeríes y armenios, como si se hubiera utilizado el término "genocidio" en referencia a Jodjalí.
Para mí, la plantación de árboles en un bosque de Israel y la "hermandad de víctimas" azerí-judía que se recalcó en la ceremonia, son una profanación de algo sagrado. Describir a los soldados armenios como nazis, enlazar claramente el Holocausto con las masacres de Babi Yar, Lidice, Oradour y Jodjalí son una terrible distorsión de una básica verdad histórica.
Pero la rueda de la historia gira. En abril de 1918, el secretario personal del Weizmann, Shmuel Tolkowsky, publicó un artículo titulado "La Cuestión Armenia desde una perspectiva sionista". El artículo presenta las posiciones del Movimiento Sionista en el tiempo, sobre todo la de sus líderes de Londres, Weizmann y Nahum Sokolow. Fue escrito con el apoyo y la aprobación de Weizmann.
"Nosotros, los sionistas sentimos una simpatía profunda y sincera por el destino del pueblo armenio. Lo hacemos como seres humanos, como judíos y sionistas. Como judíos, fuimos exiliados de nuestra antigua patria y experimentamos el sufrimiento de muchos siglos. Nos volvimos, me atrevo a decir, en expertos en el martirio. Nuestras sensibilidades humanitarias se perfeccionaron de una manera sin precedentes, hasta el punto de sentir el sufrimiento de otras naciones, incluso aquellas ajenas a nosotros en su origen y distancia, no pudiendo dejar de agitar nuestras almas, dando lugar a una fraternidad entre nosotros y nuestros sufridos hermanos, un profundo vínculo fraternal que se podría denominar una hermandad de dolor.
Entre todos los que sufren a nuestro alrededor, ¿hay alguna nación cuya historia de martirio se más similar a la nuestra?"
El año pasado, después de varios "monumentos a Jodzhali" y las palabras de nuestro presidente en la ONU, un miembro muy alto del gabinete de Armenia me invitó a su oficina. "Me dirijo a ustedes no como un ministro del gobierno de Armenia, sino como un ser humano a otro, como un armenio a un judío de Israel: ¿cuánto más quieren hacernos daño?", me preguntó. "No reconocen el genocidio de 1915, lo niegan, venden armas a Azerbaiyán cuyo único propósito es destruir la República de Karabaj y ahora participan en actos conmemorativos del 'genocidio de Jodzhali' coronado por el presidente con sus palabras en la ONU. No puedo más", me dijo.
El decano de la Universidad de Ereván, donde enseño, fue una vez un estudiante en la Universidad Hebrea de Jerusalén. A principios de este año, me dijo, "Yair, profanan todos los valores morales. Profanando la memoria del Holocausto"
La mención de Jodjalí y el Holocausto bajo un mismo título en una llamada conferencia científica reciente, es de hecho una profanación del Holocausto y sus víctimas. A este evento asistieron miembros de la Knesset y parlamentarios de Azerbaiyán. Fue organizado por iniciativa de un grupo llamado Aziz, la Asociación Internacional de Israel y Azerbaiyán. Se trata de un grupo que se le ha pedido al fiscal general investigue.
El bosque donde se plantaron los árboles pertenece al Fondo Nacional Judío, una institución oficial del Estado. ¿Quién aprobó este acto odioso? Los funcionarios israelíes hablaron diciendo "nuestros queridos hermanos azeríes"; "Nosotros, los israelíes y los judíos, simpatizamos con sus sentimientos", o "Jerusalén, al igual que Jodjalí, están en estado de sitio". Y "Expresamos nuestra solidaridad con las familias de las víctimas y las personas azeríes, solidarios con los valores humanos básicos"
Sí, Israel, de hecho están profanando los valores humanos básicos y profanan la memoria del Holocausto y sus víctimas. ¡Nadie les dio la autoridad para hacerlo!
Yair Auron es un escritor e investigador del genocidio. Este año lanzó los "Estudios sobre Genocidio y Derechos Humanos" un curso de la Universidad Americana de Armenia en Ereván.
Publicado originalmente en inglés por Haaretz. Traducido al español por Klaus Lange Hazarian
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