Simjian, el inventor del cajero automático

Muy por delante de su tiempo, el primer cajero automático se realizó en 1939 y fue el inventó del científico armenio George Luther Simdzhyan.

Muy por delante de su tiempo, el primer cajero automático se realizó en 1939 y fue el invento del científico armenio George Simdzhyan.

Lo único que distingue el prototipo Simjian de los dispositivos modernos es que el cajero automático que entrega dinero en efectivo, no imputaba el cargo en la cuenta inmediatamente, ya que no estaba conectado con el banco. Después de haber probado su invento Simjian lo ofreció al banco Ciudad de Nueva York para ser probado, que a los seis meses se lo regresaron, alegando falta de interés por parte de los usuarios,

"Parecía que los cajeros automáticos eran usados sólo por apostadores y prostitutas que no querían verse cara a cara con los cajeros. Sin embargo, el banco dijo que estas personas no eran suficientes para hacer negocio con los cajeros automáticos", contó Simdzhyan al describir los primeros pasos de su propia ATM.

La segunda experiencia, pero con más éxito del ATM fue del escocés John Shepherd-Barron, quien, en 1967, inspirado en el principio de la máquina expendedora de chocolate, creó un nuevo cajero automático. Daba dinero poco dinero a cambio de un cheque que era necesario obtener primero de un banco.

Luther George Simjian se encuentra entre los inventores que invenciones patentadas tuvo. Es el inventor más universal de América: sus invenciones incluyen unas tres docenas de esferas técnicas. Es autor de más de 200 invenciones patentadas en el mundo.

Simjian nació en 1905 en Armenia occidental. Genocidio armenio le separaba de su familia cuando era un adolescente y obligado a escapar, primero a Beirut, y más tarde a Marsella, desde donde Simjian emigró a los EE.UU. en 1921.

La persistencia de la superación de todo tipo de obstáculos, incluyendo el lenguaje, lo llevó a graduarse de la secundaria en New Haven y entró como gerente en el departamento fotográfico del complejo médico de la Universidad de Yale. Aquí demostró su capacidad de hacer una serie de invenciones tales como, por ejemplo, un proyector que mostraba la imagen obtenida por el microscopio.

En 1934 Simjian se trasladó a Nueva York, donde continuó su trabajo en el campo de la tecnología de fotografía, donde recibió el derecho exclusivo de mejorar las máquinas de rayos X.

Después de la Segunda Guerra Mundial Simjian propuso fundamentalmente un nuevo dispositivo para la orientación de los pilotos en vuelo nocturno y los vuelos "a ciegas", así como una serie de dispositivos médicos, promoviendo el tratamiento de ultrasonido.

A la edad de 92, cuando sus ojos ya no veían, Simjian recibió su última patente sobre el proceso de mejorar el sonido de la madera para instrumentos musicales. Fue siete meses antes de su muerte, en 1997.