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Materiales únicos de archivos históricos de la famosa dinastía armenia Balyan, representantes por dos siglos de la arquitectura de la corte del Imperio Otomano, se presentará en Ereván en otoño.
Según expresara el ministro de Desarrollo Urbano Narek Sargsyan, el archivo de la dinastía Balyan fue transferida recientemente de Turquía a Ereván.
"Este es un material excepcional que será procesado por largo tiempo. Pero en octubre, para celebrar el Día Internacional del arquitecto, el material será presentado al público", dijo Sargsyan.
La familia armenia Balyan eran una dinastía de arquitectos imperiales otomano. Durante cinco generaciones, entre los siglos 18 y 19, diseñaron y construyeron numerosos edificios importantes, como palacios, quioscos, mezquitas, iglesias y varios edificios públicos, sobre todo en Constantinopla, la actual Estambul.
Los nueve miembros conocidos de la familia sirvieron a seis sultanes en el transcurso de casi un siglo y fueron responsables de la occidentalización de la arquitectura de la capital de entonces.
El Día Mundial de la Arquitectura, la fiesta internacional para arquitectos y amantes de obras maestras arquitectónicas, se celebra anualmente el primer lunes de octubre.
La familia Balyan
Nueve arquitectos por cuatro generaciones, al servicio de seis sultanes otomanos como arquitectos imperiales por más de cien años –la familia Balyan le dio forma a la apariencia y la sensación de una metrópolis que ha estado desde siempre en el entrecruce del este y el oeste y que se ha encontrado particularmente divido entre la tradición y la modernidad durante el siglo XIX.
Merametçi Bali Kalfa, uno de los del clan que murió en 1803, fue seguido por sus hijos Krikor y Senekerim, quienes fueron referidos en su tiempo con el título honorífico “Amira”, lo cual indicaba su influencia política y social en los círculos otomanos. El hijo de Krikor, Garabed fue seguido por sus hijos Nigoghayos, Sarkis, Hagop, Simon, y Levon, el último de los Balyans que murió en 1925, no mucho después de que el imperio al que sirviera se derrumbara. Aquella época fue uno de los complicados momentos de la reforma en el mundo otomano que intentó acomodarse al rápido ritmo de desarrollo en Europa y en Oeste mientras se aferraba a modos de gobierno obsoletos.
La arquitectura de aquella época refleja las idas y vueltas a través de Bosphorus. Los Balyans decoraron la capital del Imperio Otomano con mezquitas e iglesias, palacios y pabellones reales, tumbas ornamentadas, escuelas y hospitales, represas y plantas de agua, hasta torres-reloj y la casa de moneda. Hasta estos días algunas de las estructuras más finas en Estambul se levantan luego de haber tenido sus planos dibujados por uno de los Balyans. Los arcos orientales fusionados con fachadas occidentales evocan el espíritu de las Bellas Artes que la educación francesa, entre otros factores, inspiró a los miembros de esta famosa familia armenia otomana.
Tal vez, la más famosa estructura Balyan en Estambul es el Palacio Dolmabahçe, justo en el agua en el lado europeo de la ciudad. El palacio más grande en Turquía, Dolmabahçe fue el último paso simbólico dado por la realeza otomana para demostrar la adopción de los estándares occidentales en el siglo XIX. Terminado por los Balyan en 1856 luego de diez años y un inmenso costo, el palacio parece inmediatamente como de estilo europeo, con un frente neoclásico, dos alas y cuartos designados para adaptarse a los gustos más refinados del París, Viena o San Petersburgo de aquel tiempo. Y aun así, hay motivos orientales grabados en fila con candelabros de cristal colgando sobre elegantes esclaras. Además, el Palacio Dolmabahçe tiene una sección separada, con una sutil entrada al harem del sultán y los departamentos de la familia, juntando el edificio principal a través de un hall ceremonial, reflejando las convenciones de la vida de la familia turca tradicional al tiempo que conservaba el protocolo del palacio otomano.
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