Entiendo que el flamante Sultán Erdogan esté edificando un palacio con mil habitaciones, baños privados y tazas higiénicas con arabescos...
El palacio cuya inauguración, programado para el año 2016, tendrá un enorme jardín para recrear a sus pajaritos, además un bunker anti bombas atómicas en su subsuelo. Eso sí que no lo entiendo. ¡Pero, qué tonto soy!
¡Para protegerse, claro!, de las bombas atómicas almacenadas en Israel, el día en que las diferencias entre ambas naciones dejen de ser una ficción y un panfleto publicitario.
Por mi parte lo veo perfecto; es bueno ser precavido. Uno nunca sabe las vueltas del destino: “puede morir el Rey o el burro…”.
Y hablando de todo un poco: Usted estará enterado, supongo, de lo que sucede en Siria con los kurdos y de la famosa coalición con más de cuarenta naciones que dieron el “Sí” ante Dios, la Patria y Las Naciones Unidas; cuarenta naciones de las que nadie arriesga un peón, mucho menos un caballo o una torre; donde todos necesitan exhibir y comprobar nuevas armas en busca de interesados en los mercados de pulgas, darles utilidad a sus aviones de caza y bombarderos en vista a una posible conflagración con Rusia; experimentar destruyendo instalaciones petroleras sirias y, de paso, apuntar contra alguna que otra camioneta de los Ala Wakbar y; ¡Mamá Mírame! ¡Soy el Imbatible!!
De paso, “tiernamente”, EEUU arroja víveres y suministros, como sin querer; por error ¡claro! a los sanguinarios yihadistas.
Recordemos que también por “error”, EEUU tuvo bastantes aciertos “errando” en Afganistán y Paquistán con sus drones y ahora, dé la casualidad, reitera, sin querer sus errores “acertadamente” en favor de los yihadistas, criminales civilizados recogidos de más de ochenta países, en contra de la población kurda que resiste valientemente entre la espada y la pared en Ain El Arab (Kobaní), ciudad kurda situada en Siria; cercana a Turquía.
Entre nosotros, con la mano en el corazón; Turquía, siendo un invasor, atraído por las Manzanas del Paraíso y otras yerbas, siempre quiso acabar con los kurdos, del mismo modo que con los armenios y demás minorías cristianas. Al igual que hoy, introduciendo disimuladamente a sus milicias y terroristas en Alepo, Kessab y Deir Ez Zor, en Siria; canalizando su enfoque contra la población armenia; procurando, a río revuelto, sacarle una buena tajada al conflicto; por un lado, ofreciendo a los islamitas la posibilidad de derrotar a los kurdos y por el otro, impidiendo a los kurdos de Turquía acudir en ayuda de sus hermanos.
No nos engañemos, la alianza de Turquía en la coalición contra los islamitas es pura payasada; nada más que esto: ¡payasada! Turquía, por supuesto, disimula su apoyo a los yihadistas, del mismo modo que se obstina en negar el genocidio armenio acontecido en (Haiastán) Armenia Milenaria, cien años atrás.
Pero, de eso no se habla… No se dice que el interés de Turquía al igual que la coalición es despedazar a Siria y apoderarse del petróleo del mismo modo que en Irak, Libia y las que vendrán a colación...
Por lo que deduzco, Erdogan tiene varias caras que asoman según cada ocasión; actúa inmerso en su disfraz de camaleón imitando a sus grandes maestros, sus ancestros salvajes de Asia Central.
Nuestros hermanos de Turquía lo conocen bien y saben el modo de engatusarlo. En las recientes elecciones presidenciales, fue votado por ellos, recordando aquél lema: “Malo y conocido, vale más que bueno por conocer”
Conscientes, tanto como nosotros, los de la diáspora, de su alianza carnal con Azerbaiyán y; de que su lisonjear diplomático con Armenia es sólo apariencia, los armenios diseminados por el mundo hemos aprendido contra viento y marea no confiar en las risas de las hienas…
La casta turca lleva instinto de víbora. Esa frase me recuerda la diputada israelí refiriéndose a las madres y niños palestinos al compararlos de pequeñas víboras que deben ser exterminados; pero Turquía, salvando distancias y excepciones, agrupa a varios millones de esa selecta calaña.
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