Habitantes de Iraq descubrieron accidentalmente un templo milenario erigido al dios del reino de Urartu, uno de los más antiguos de Armenia...
Habitantes de Iraq descubrieron accidentalmente un templo milenario erigido al dios del reino de Urartu, uno de los más antiguos de Armenia, cuya ubicación se desconocía hasta ahora.
"Yo no he hecho la excavación, solo realicé sondeos arqueológicos, fueron los habitantes de la aldea quienes descubrieron accidentalmente estos materiales", dijo a la revista científica 'Live Science' Dishad Marf Zamua, estudiante de doctorado en la Universidad de Leiden, en los Países Bajos.
Marf Zamua, quien comenzó la investigación en 2005, dijo que el área estaba bajo el control de Musasir, una antigua ciudad del reino de Urartu también conocida como Ardini.
"Uno de los resultados más destacables de mi trabajo de campo es haber desenterrado los cimientos del templo perdido de la ciudad de Musasir, que estaba dedicado al dios Haldi", dijo Marf Zamua. Las bases de las columnas fueron halladas en una aldea junto con otros artilugios, como estatuas de bronce.
Durante los trabajos arqueológicos concentrados en Kurdistán también se encontraron estatuas de tamaño humano hechas de piedra caliza, basalto o arenisca, algunas parcialmente rotas. "Todas representan hombres barbudos que sostienen una copa en la mano derecha y en la otra un arma, o bien la tienen sobre el estómago", explica Marf Zamua.
Haldi era el dios supremo de Urartu, un reino que era gobernado por monarcas que además tenían el título de sacerdotes o representantes de Haldi. El templo de este dios era tan importante que, cuando los asirios lo saquearon en el año 714 a. de C., se dice que el rey Rusa I de Urartu destruyó su corona y luego se suicidó.
Conocido por ser un dios de la guerra, los reyes de Urartu rezaban a Haldi para obtener la victoria en la batalla. Normalmente los templos que le dedicaban al dios guerrero estaban decorados con espadas, lanzas, arcos, flechas y otras armas, y de sus muros colgaban escudos.
Marf Zamua presentó sus hallazgos en el Congreso Internacional sobre Arqueología del Medio Oriente Antiguo de la Universidad de Basilea, en Suiza.
El templo perdido de Musasir
Nadie sabía dónde descansaban los restos de la antigua ciudad sagrada de Musasir y su templo, construido en el 825 a. C. por el rey de Urartu, Ishpuini, después de la conquista de la ciudad a los mananitas. Se conoce por un bajo relieve asirio que muestra la ciudad y el templo dedicado al dios Haldi, que conquistó y saqueó el rey asirio Sargón II en el 714 a. C.
El relieve asirio que menciona el lugar y el acontecimiento adornaba el palacio de Sargón II en Khorsabad y fue hallado por una expedición del Museo Británico liderada por William Loftus en la década de los 50 del siglo XIX. El relieve despareció bajo las aguas del Tigris después de que el convoy arqueológico fuera atacado en el río, aunque los dibujantes de la expedición habían hecho una copia preservando la información que contenía.
La localización de Musasir era uno de los enigmas más codiciados de la arqueología de la Edad de Hierro. Las piezas podrían comenzar a encajar después de haberse localizado en Irak varios restos que corresponderían con el antiguo templo de Urartu, como las bazas de algunas de sus columnas, una estatua del tamaño de un hombre o una estatuilla de bronce de una cabra, encontradas de forma accidental por habitantes de la zona y evaluadas por la arqueóloga Dlshad Marf Zamua de la Universidad de Leiden, Holanda, que inspecciona la zona norte de Irak en busca de vestigios de la ciudad.
Musasir se convirtió en una ciudad sagrada del Reino de Urartu, tal y como lo denominaron los asirios, uno de los más antiguos de Armenia, y que ocupó una extensión que corresponde ahora a la frontera de la propia Armenia, Irán e Iraq, una región que se disputaron en ese periodo con el pujante imperio asirio.
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