Sólo ocho piscifactorías en Armenia se han cambiado al sistema de reciclaje de agua semi-cerrado, de acuerdo con Artur Atoyan, el jefe de la...
Sólo ocho piscifactorías en Armenia se han cambiado al sistema de reciclaje de agua semi-cerrado, de acuerdo con Artur Atoyan, el jefe de la Asociación Armenia de Criadores de peces.
Un estudio reciente financiado por la USAID, gestionado por el Programa de Agua y Energía Limpia (CEWP), ha puesto de manifiesto que en los últimos 8 años, el nivel de las aguas subterráneas en el valle de Ararat (que alimenta la mayor parte de las granjas de peces) ha disminuido de manera significativa, dejando a más de 30 comunidades sin acceso confiable a agua potable y / o agua de riego.
Según Artur Atoyan, estas ocho empresas han desarrollado ellas mismas nuevas tecnologías para adaptarlas a las condiciones locales. Dijo que muchas otras empresas que no pudieron comprar las nuevas tecnologías tuvieron que cerrar.
Así, según los últimos datos de septiembre, 77 de 234 granjas de peces ya habían sido cerradas.
Atoyan sostuvo que los esfuerzos del gobierno para salvar los recursos hídricos no deben obstaculizar el funcionamiento normal de las piscifactorías. Sugirió que un grupo de trabajo especial se creó para investigar el problema.
De acuerdo con el Ministerio de Agricultura, la producción de pescado del año pasado aumentó de 2.800 a 11.600 toneladas métricas.
El año pasado el gobierno dio 18 meses para todas las granjas de pescado en el país para que cambiaran al sistema semi-cerrado de reciclaje de agua, el cual utiliza alrededor del 70% del agua varias veces lo que contribuye a su uso y la reducción de costos más eficiente.
Sin embargo, la transición sugiere la entrada de tecnologías costosas, el precio de los cuales, dependiendo del tamaño de las granjas, puede variar de 700.000 a 1,5 millones de euros.
Sin embargo, la transición sugiere la entrada de tecnologías costosas, el precio de los cuales, dependiendo del tamaño de las granjas, puede variar de 700.000 a 1,5 millones de euros.
Un estudio reciente financiado por la USAID, gestionado por el Programa de Agua y Energía Limpia (CEWP), ha puesto de manifiesto que en los últimos 8 años, el nivel de las aguas subterráneas en el valle de Ararat (que alimenta la mayor parte de las granjas de peces) ha disminuido de manera significativa, dejando a más de 30 comunidades sin acceso confiable a agua potable y / o agua de riego.
Según Artur Atoyan, estas ocho empresas han desarrollado ellas mismas nuevas tecnologías para adaptarlas a las condiciones locales. Dijo que muchas otras empresas que no pudieron comprar las nuevas tecnologías tuvieron que cerrar.
Así, según los últimos datos de septiembre, 77 de 234 granjas de peces ya habían sido cerradas.
Atoyan sostuvo que los esfuerzos del gobierno para salvar los recursos hídricos no deben obstaculizar el funcionamiento normal de las piscifactorías. Sugirió que un grupo de trabajo especial se creó para investigar el problema.
De acuerdo con el Ministerio de Agricultura, la producción de pescado del año pasado aumentó de 2.800 a 11.600 toneladas métricas.
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