La amistad armeno-griega no es una utopía dado que se basa en hechos históricos que han marcado los dos pueblos. La cuestión del genoc...
La cuestión del genocidio es una de las más dominantes y sobre todo ha sido cometido por el mismo verdugo.
Se dio también el tema del terremoto que provocó una verdadera solidaridad. Cuando el terremoto daño Armenia hace 25 años, el pueblo griego inmediatamente le apoyo y socorrió. Grecia no fue presionada por nadie y lo hizo de manera espontánea porque la amistad ahí en aquella época se convirtió en compasión.
Hay también prueba práctica en el centro de Atenas ya que Armenia regaló a Grecia algo simbólico: se trata de un Khachkar, la cruz de piedra, es único y constituye el punto de referencia para las tumbas armenias.
Si combinamos estos datos junto con el reconocimiento por parte del Parlamento griego del genocidio de los armenios en 1996, entonces podemos entender que la base común es aún más profunda. En otras palabras, esto significa que somos pueblos que ni los genocidios ni los terremotos consiguieron exterminar. Es decir, ni una catástrofe artificial ni tampoco la natural tuvo éxito en aniquilarnos.
Este punto no es solamente simbólico porque ambos somos pueblos pequeños numéricamente con una larga historia; y hemos aprendido a resistir ante las condiciones más adversas porque sabemos sobrevivir.
No obstante tenemos que aprender a cooperar en un contexto más aliado porque tenemos mucho en común para nuestro futuro.
No basta un vínculo teórico para cuando sea necesidad. Y esta necesidad está allí para los dos pueblos que representan dos culturas que han contribuido a la humanidad. Y este hecho es realmente la razón por la que han recibido ataques de barbarie.
La amistad armeno-griega debe convertirse en una acción para cambiar la realidad y crear nuevos datos.
Dos pueblos que llevan tales historias se han convertido en una legenda por muchos otros porque a través de su resistencia dan el buen ejemplo a imitar.
No son meramente dos países sino los seguidores del Helenismo y del Armenismo que no tienen fronteras.
Traducción al español de Olga Raptopoulou
Sobre el autor
Nikos Lygeros nació en la ciudad de Volos en Grecia en el año 1968. Como científico ha conseguido varios records mundiales en el sector del álgebra, de la teoría de números y de la combinatoria. Es consejero estratégico y profesor de Geoestrategia en la Academia de policía, en la escuela de Seguridad Nacional, en la de reclutamiento, en la de las Fuerzas Aéreas Griegas y en la de Defensa Nacional en Grecia. Es profesor de matemáticas, de informática, de epistemología, de lingüística, de bioética. Impartó y sigue impartiendo clases en las universidades de Lyon, de Atenas, de Tracia y en la politécnica de Xánthi. Fue observador nacional en las elecciones presidenciales de Nagorno Karabakh. Había sido Presidente de comisión de las escuelas artísticas (Ministerio de Educación). Es autor, director de teatro, poeta, pintor, profesor de niños dotados, intérprete experto y traductor en los tribunales franceses, consejero científico de la Organización de Caratheodory, cuyo propósito es la distinción de la figura científica del mayor matemático de la Grecia actual.
Ha publicado más de 14000 artículos, poemas, textos de literatura sobre los siguientes temas: matemática, intelecto, física, filosofía, educación, mitología, religión, historia, cine, pintura, música, política, estrategia, management, economía, sociología y arqueología.
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