El secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolái Pátrushev, aseguró hoy que su país tiene en Armenia suficientes fuerzas y medios pa...
El secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolái Pátrushev, aseguró hoy que su país tiene en Armenia suficientes fuerzas y medios para garantizar la seguridad del Estado armenio.
"Hemos visitado la base rusa y nos hemos convencido de que nuestros militares garantizan la seguridad de Armenia", dijo a la prensa Pátrushev en la capital armenia. El alto cargo ruso subrayó que los armenios no deben preocuparse por la seguridad de su país y agregó: "Aquí hay medios y fuerzas suficientes para garantizarla".Rusia y Armenia son miembros de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) que agrupa a seis antiguas repúblicas soviéticas.
Moscú mantiene en territorio armenio un contingente de unos 5.000 hombres, emplazado en la base de Guiumri, a unos 130 kilómetros al norte de Ereván.
Dicha base, según diversas fuentes, cuenta con sofisticados sistemas de misiles antiaéreos S-300 y aviones MiG-29.
La presencia militar rusa en Armenia es considerada el pilar de la seguridad de este país, que mantiene un conflicto territorial con Azerbaiyán, otra antigua república soviética.
Un poco de historia
La guerra por el control de Nagorno-Karabaj, enclave montañoso en territorio azerí que siempre estuvo poblado mayoritariamente por armenios, estalló en 1991 aunque el conflicto se gestó mucho antes. En 1921, poco después de que el poder soviético se instalara en Armenia, Azerbaiyán y Georgia, la llamada Asamblea Bolchevique del Cáucaso decidió la anexión a Azerbaiyán de Nagorno-Karabaj y la región de Najicheván. Varias generaciones de armenios han considerado que aquella decisión fue ilegítima como también el órgano que la adoptó.
En 1988, las autoridades de Nagorno-Karabaj solicitaron al Sóviet Supremo de la URSS la integración de nuevo en Armenia. La propuesta provocó la ira popular en Azerbaiyán. La matanza de armenios en la ciudad azerí de Sumgaít atizó el odio interétnico y, el 2 de septiembre de 1991, la región se autoproclamó independiente. Comenzó entonces la guerra, la primera entre dos ex repúblicas soviéticas, y causó un éxodo de más de un millón de refugiados azeríes, la mayoría expulsados de Armenia, y la muerte de más de de 25.000 personas. Duró desde 1991 a 1994.
Además de Nagorno-Karabaj, que tiene una población de 150.000 habitantes, las tropas armenias ocupan actualmente las zonas colindantes a fin de asegurarse corredores para el envío de fuerzas y pertrechos.
El acuerdo de alto el fuego fue firmado el 12 de mayo de 1994 gracias a la mediación del Grupo de Minsk (EEUU, Rusia y Francia). El problema, sin embargo, no está resuelto y los enfrentamientos esporádicos entre soldados armenios y azeríes suponen un goteo de muertos inacabable.
Azerbaiyán ha advertido en reiteradas ocasiones de que si las negociaciones no concluyen con el restablecimiento de su integridad territorial, tal y como lo exigen las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, se reserva el derecho de usar la fuerza militar para alcanzar ese objetivo.
Armenia, por su parte, aseguró que no permitirá que Azerbaiyán realice más matanzas de armenios y que la situación de Nagorno-Karabaj debería ser discutida con esa república independista, quien no participa aún en las conversaciones de paz.
"Hemos visitado la base rusa y nos hemos convencido de que nuestros militares garantizan la seguridad de Armenia", dijo a la prensa Pátrushev en la capital armenia. El alto cargo ruso subrayó que los armenios no deben preocuparse por la seguridad de su país y agregó: "Aquí hay medios y fuerzas suficientes para garantizarla".Rusia y Armenia son miembros de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) que agrupa a seis antiguas repúblicas soviéticas.
Moscú mantiene en territorio armenio un contingente de unos 5.000 hombres, emplazado en la base de Guiumri, a unos 130 kilómetros al norte de Ereván.
Dicha base, según diversas fuentes, cuenta con sofisticados sistemas de misiles antiaéreos S-300 y aviones MiG-29.
La presencia militar rusa en Armenia es considerada el pilar de la seguridad de este país, que mantiene un conflicto territorial con Azerbaiyán, otra antigua república soviética.
Un poco de historia
La guerra por el control de Nagorno-Karabaj, enclave montañoso en territorio azerí que siempre estuvo poblado mayoritariamente por armenios, estalló en 1991 aunque el conflicto se gestó mucho antes. En 1921, poco después de que el poder soviético se instalara en Armenia, Azerbaiyán y Georgia, la llamada Asamblea Bolchevique del Cáucaso decidió la anexión a Azerbaiyán de Nagorno-Karabaj y la región de Najicheván. Varias generaciones de armenios han considerado que aquella decisión fue ilegítima como también el órgano que la adoptó.
En 1988, las autoridades de Nagorno-Karabaj solicitaron al Sóviet Supremo de la URSS la integración de nuevo en Armenia. La propuesta provocó la ira popular en Azerbaiyán. La matanza de armenios en la ciudad azerí de Sumgaít atizó el odio interétnico y, el 2 de septiembre de 1991, la región se autoproclamó independiente. Comenzó entonces la guerra, la primera entre dos ex repúblicas soviéticas, y causó un éxodo de más de un millón de refugiados azeríes, la mayoría expulsados de Armenia, y la muerte de más de de 25.000 personas. Duró desde 1991 a 1994.
Además de Nagorno-Karabaj, que tiene una población de 150.000 habitantes, las tropas armenias ocupan actualmente las zonas colindantes a fin de asegurarse corredores para el envío de fuerzas y pertrechos.
El acuerdo de alto el fuego fue firmado el 12 de mayo de 1994 gracias a la mediación del Grupo de Minsk (EEUU, Rusia y Francia). El problema, sin embargo, no está resuelto y los enfrentamientos esporádicos entre soldados armenios y azeríes suponen un goteo de muertos inacabable.
Azerbaiyán ha advertido en reiteradas ocasiones de que si las negociaciones no concluyen con el restablecimiento de su integridad territorial, tal y como lo exigen las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, se reserva el derecho de usar la fuerza militar para alcanzar ese objetivo.
Armenia, por su parte, aseguró que no permitirá que Azerbaiyán realice más matanzas de armenios y que la situación de Nagorno-Karabaj debería ser discutida con esa república independista, quien no participa aún en las conversaciones de paz.
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