Fabricando la disidencia es un documental dedicado póstumamente al actor sirio palestino Mohamad Rafea, quien fue secuestrado, torturado ...
Fabricando la disidencia es un documental dedicado póstumamente al actor sirio palestino Mohamad Rafea, quien fue secuestrado, torturado y finalmente asesinado el 4 de noviembre de 2012 por grupos terroristas.
"Fabricando la disidencia" es un documental que descifra implacablemente, la guerra psicológica librada por los medios, el "establishment" político occidental y sus aliados con el fin de facilitar la agenda actual de los Estados Unidos, Europa e Israel para deshacerse del Gobierno sirio. Muestra cómo los medios de comunicación han contribuido directamente al derramamiento de sangre en Siria.
El documental desmonta las principales denuncias que estos actores presentan, a saber, que el Gobierno sirio reprime sistemáticamente las manifestaciones pacíficas, y por lo tanto, ha perdido su legitimidad. Muestra cómo esas alegaciones son apoyadas con pruebas inexistentes, como los casos de Hula y Daraya acaban de demostrar nuevamente.
"Fabricando la disidencia" es un documental que descifra implacablemente, la guerra psicológica librada por los medios, el "establishment" político occidental y sus aliados con el fin de facilitar la agenda actual de los Estados Unidos, Europa e Israel para deshacerse del Gobierno sirio. Muestra cómo los medios de comunicación han contribuido directamente al derramamiento de sangre en Siria.
También es
interesante leer el artículo del profesor Michel Chossudovsky, "Fabricandodisidencia", publicado en Global Research, en septiembre de 2010.
Aquí algunos párrafos:
(...) El objetivo de las élites corporativas ha sido el de fragmentar el movimiento popular en una gran mosaico individual. La guerra y la globalización ya no están en la vanguardia del activismo de la sociedad civil. El Activismo tiende a ocurrir poco a poco. No hay integración de los movimientos contra la globalización y el anti-guerra. La crisis económica, no se considera como relacionada a la guerra patrocinadas por los países poderosos como EE.UU. La disidencia se ha compartimentado. Movimientos independientes que pretenden atacar diferentes asuntos (medio ambiente, globalización, paz, derechos de la mujer, cambio climático) son generosamente financiados para impedir la aparición de un movimiento de oposición masivo coherente. Este mosaico era ya común en la lucha contra la cumbre del G7 y Cumbres de los Pueblos de la década de 1990.
(...) Los ejecutivos de los sindicatos, y los líderes de organizaciones de la sociedad civil (entre ellas Oxfam, Amnistía Internacional, Greenpeace) suelen ser invitados al Foro Económico Mundial de Davos, donde se mezclan con los más poderosos del mundo: los actores económicos y políticos. Esta mezcla de las élites empresariales del mundo con “progresistas” escogidos a dedo es parte del ritual que crea y mantiene el proceso de “fabricación de la disidencia”. El truco consiste en seleccionar personal y selectivamente a los líderes de la sociedad civil, en quien “podemos confiar” e integrarlos en un “diálogo”, córtarlos de sus bases, que se sientan que son “ciudadanos globales” que actúen en nombre de sus compañeros de trabajo, pero los hacen actuar de una manera que sirva a los intereses del Sistema y de las Empresas.
(...) Se trata de un proceso diabólico: El gobierno anfitrión financia la cumbre oficial, así como las reuniones de las organizaciones no gubernamentales que participan activamente en la contra cumbre. También financia la operación de la policía antidisturbios, que tiene el mandato de reprimir a los participantes de las contra cumbres. El objetivo de estas operaciones combinadas, incluyendo acciones violentas cometidas por las fuerzas de policía antidisturbios, es desacreditar el movimiento de protesta e intimidar a sus participantes. El objetivo general es transformar la contra cumbre en un ritual de disidencia, que sirve para defender los intereses de la cumbre oficial y el gobierno anfitrión.
(...) La mayoría de las organizaciones de base que participan en el Foro Social Mundial (FSM), incluyendo campesinos, trabajadores y organizaciones estudiantiles, firmemente comprometidas con la lucha contra el neoliberalismo no estaban conscientes de la relación del Consejo Internacional del FSM al financiamiento corporativo, negociado a sus espaldas por un puñado de líderes de ONG’s vinculadas a oficiales y agencias privadas de financiamiento. El financiamiento de las organizaciones progresistas no es incondicional, su objetivo es “pacificar” y manipular el movimiento de protesta.
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