El presunto autor de los brutales asaltos contra ancianas armenias -cuatro desde principios de noviembre- fue arrestado ayer por la policía ...
El presunto autor de los brutales asaltos contra ancianas armenias -cuatro desde principios de noviembre- fue arrestado ayer por la policía en un hostal del barrio de Fatih, donde se encontraba escondido.
El individuo, un hombre de 38 años identificado como Murat Nazaryan, tenía antecedentes por episodios similares.
Nazaryan es también armenio, lo que descarta, a priori, que se haya tratado de crímenes de odio, tal y como se temían los miembros de esta comunidad debido al salvajismo de los crímenes. Dos de las mujeres fueron apuñaladas con saña, a una de las cuales el asesino le grabó una cruz en el pecho tras degollarla. Las otras dos fueron brutalmente apaleadas, a resultas de lo cual una de ellas perdió un ojo.
Aunque en un primer momento Nazaryan negó los cargos, acabó por confesarlos al cabo de unas horas, tras saber que la policía tenía muestras de ADN -en concreto, gotas de sangre en el lugar del primer asesinato- que le incriminaban. Asegura que el móvil fue el robo, y que por ello eligió a ancianas indefensas de su barrio, Samatya, donde viven numerosos armenios. Además, una de las mujeres supervivientes le ha identificado como su agresor.
No hubo odio religioso
En Turquía viven unas 50.000 personas de origen armenio, la mayoría de ellas en Estambul. Aunque cada cierto tiempo se producen asesinatos y agresiones contra esta comunidad por motivos de odio, los ataques sistemáticos son raros.
Por ello, estos crímenes habían sido denunciados por importantes líderes de la comunidad armenia, que alertaban del peligro de un resurgimiento de la violencia religiosa. No obstante, tanto las autoridades municipales como el arzobispo Aram Atesyan, arzobispo de la Iglesia Armenia, habían llamado a la calma y mencionado la posibilidad de que se tratase de delincuencia común.
En 2002, otras dos ancianas armenias fueron asesinadas en sus casas de Estambul de forma similar.
El individuo, un hombre de 38 años identificado como Murat Nazaryan, tenía antecedentes por episodios similares.
Nazaryan es también armenio, lo que descarta, a priori, que se haya tratado de crímenes de odio, tal y como se temían los miembros de esta comunidad debido al salvajismo de los crímenes. Dos de las mujeres fueron apuñaladas con saña, a una de las cuales el asesino le grabó una cruz en el pecho tras degollarla. Las otras dos fueron brutalmente apaleadas, a resultas de lo cual una de ellas perdió un ojo.
Aunque en un primer momento Nazaryan negó los cargos, acabó por confesarlos al cabo de unas horas, tras saber que la policía tenía muestras de ADN -en concreto, gotas de sangre en el lugar del primer asesinato- que le incriminaban. Asegura que el móvil fue el robo, y que por ello eligió a ancianas indefensas de su barrio, Samatya, donde viven numerosos armenios. Además, una de las mujeres supervivientes le ha identificado como su agresor.
No hubo odio religioso
En Turquía viven unas 50.000 personas de origen armenio, la mayoría de ellas en Estambul. Aunque cada cierto tiempo se producen asesinatos y agresiones contra esta comunidad por motivos de odio, los ataques sistemáticos son raros.
Por ello, estos crímenes habían sido denunciados por importantes líderes de la comunidad armenia, que alertaban del peligro de un resurgimiento de la violencia religiosa. No obstante, tanto las autoridades municipales como el arzobispo Aram Atesyan, arzobispo de la Iglesia Armenia, habían llamado a la calma y mencionado la posibilidad de que se tratase de delincuencia común.
En 2002, otras dos ancianas armenias fueron asesinadas en sus casas de Estambul de forma similar.
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