( Por Jesús García Castrillo) Hemos de fijarnos en un aspecto estrictamente lingüístico en la denominación de “La Virgen dels Ortz” , c...
( Por Jesús García Castrillo) Hemos de fijarnos en un aspecto estrictamente lingüístico en la denominación de “La Virgen dels Ortz” , con sus variables fonéticas de origen vulgar-popular “Ortis” e interpretada erróneamente como “La Virgen de los Huertos”. Más bien hay que interpretar como la “Virgen de las Aguas”.
Si no contáramos más que con esta palabra aislada, seguirían existiendo dudas en cuanto a su origen, pero después de lo que llevamos comentado y comparado hemos de considerar:
El fuerte adoctrinamiento de los armenios y de su Teología Mariana, sobre los cruzados a los que les hacían encomendarse a la Virgen en las duras batallas de Oriente. Y más tarde a los templarios que defendían y custodiaban a los cruzados, haciéndose cruzados ellos mismos.
Los templarios y los armenios inundaron Francia y España de imágenes de la Virgen con el Niño, con tez morena armenia y corona decorada con gruesas piedras preciosas al estilo asiático. El “souvenir” o recuerdo que traían a Europa era una talla de la Virgen a la que se habían encomendado y por la que creían firmemente que habían vencido en sus duras y cruentas batallas. Fueron tantos los éxitos bélicos que inundaron de vírgenes “negras” el continente europeo.
Con el exterminio de los templarios, todo lo que estuviera contaminado de cercanía templaria era denostado y despreciado, de tal manera que se destruyeron, se quemaron o se guardaron o transformaron esas cantidades de imágenes, aunque se conservaron algunas, que con el correr del tiempo se han ido encontrando, pero sobre todo, lo que encontramos ahora son restos lingüísticos en denominaciones como esta de la “Virgen dels Ortz”.
En armenio antiguo y moderno, “Hurthi”, significa abundancia de agua. En euskera, que me lo confirme un vascoparlante, tiene que significar también abundancia de agua, corrientes y fuentes de mucha agua, en definitiva “aguas”.
En la época de nuestra lengua naciente, la “u” breve tónica, según la corriente de la evolución de todo el vocalismo latino vulgar evoluciona a “o”, y este vocablo se adhiere al torrente evolutivo de la lengua castellana. Y la “i” final se pierde con facilidad, o bien, mantiene su articulación palatal titubeante entre consonante y vocal. De ahí que “Hurthi” -que era el vocablo armenio que introdujeron los canteros devotísimos de la Virgen, que traían junto con sus amicísimos templarios, en la zona del Provenza y Reino de Aragón, que comprendía también la actual Cataluña-, se conservara en vasco-armenio del norte como “Urti” y al designar a la Virgen al lado de un río caudaloso, se le llamara la “Virgen dels Orti” o la “Virgen dels Ortz”.
Desde mitad del siglo XIII se venera en Villaverde del Río, al lado del Guadalquivir, una pequeña imagen de no más de 12 cm. Morena por cierto, y talla con corona de bastas piedras preciosas, asiática en su arte, de Asia Menor, armenia para más señas. ¿Qué duda puede caber de que un intrépido templario la portara como mascarón de proa en la testuz de su caballo en la conquista de las riberas del Guadalquivir formando parte de las huestes del Rey Fernando III? Desde entonces, allí se venera donde se encontró, y donde la devoción popular ha adornado con múltiples leyendas.
De lo que tampoco cabe ninguna duda es de que la palabra del catalán “Horts”, (huertos), nada tiene que ver con el naciente castellano contagiado por proximidad geográfica con el armenio-vasco Hurti > Orti > Ortz.
Ahora bien, el templario que portara la imagen desde las tierras navarro-vascongadas hasta el Guadalquivir, tampoco dudó en propagar la traducción de su significado originario de la “Virgen de las aguas abundantes”; y ya se encargó, a su vez, la devoción lugareña y popular de santificar las aguas para sus cultivos y orientar su devoción religiosa bajo la advocación de la “Virgen de las Aguas Santas”, en Villaverde del Río, (Sevilla). Es la misma antigua “Virgen dels Ortz”, la “Virgen de los Huertos” desaparecida tras la desamortización de Mendizábal, en Puente la Reina (Navarra) Aunque según últimas investigaciones de historia del arte se cree que se transformó en una imagen de Santa Águeda.
Seguiremos investigando los rastros del enigma de las vírgenes negras.
Dejaremos para otro momento la Teología Mariana de la Iglesia Católica Apostólica Armenia. Y su influencia en Francia y España.
También dejaremos para otro momento el análisis del arte en la iconografía de las tallas y pinturas religiosas de los primeros siglos del Cristianismo armenio.
De momento, prescindiremos de las innumerables leyendas de apariciones de Vírgenes en Europa.
Pero también seguiremos otro día.
Publicado por Jesus G. Castrillo en el blog de "El Enigma de Baphomet"
Si no contáramos más que con esta palabra aislada, seguirían existiendo dudas en cuanto a su origen, pero después de lo que llevamos comentado y comparado hemos de considerar:
El fuerte adoctrinamiento de los armenios y de su Teología Mariana, sobre los cruzados a los que les hacían encomendarse a la Virgen en las duras batallas de Oriente. Y más tarde a los templarios que defendían y custodiaban a los cruzados, haciéndose cruzados ellos mismos.
Los templarios y los armenios inundaron Francia y España de imágenes de la Virgen con el Niño, con tez morena armenia y corona decorada con gruesas piedras preciosas al estilo asiático. El “souvenir” o recuerdo que traían a Europa era una talla de la Virgen a la que se habían encomendado y por la que creían firmemente que habían vencido en sus duras y cruentas batallas. Fueron tantos los éxitos bélicos que inundaron de vírgenes “negras” el continente europeo.
Con el exterminio de los templarios, todo lo que estuviera contaminado de cercanía templaria era denostado y despreciado, de tal manera que se destruyeron, se quemaron o se guardaron o transformaron esas cantidades de imágenes, aunque se conservaron algunas, que con el correr del tiempo se han ido encontrando, pero sobre todo, lo que encontramos ahora son restos lingüísticos en denominaciones como esta de la “Virgen dels Ortz”.
En armenio antiguo y moderno, “Hurthi”, significa abundancia de agua. En euskera, que me lo confirme un vascoparlante, tiene que significar también abundancia de agua, corrientes y fuentes de mucha agua, en definitiva “aguas”.
En la época de nuestra lengua naciente, la “u” breve tónica, según la corriente de la evolución de todo el vocalismo latino vulgar evoluciona a “o”, y este vocablo se adhiere al torrente evolutivo de la lengua castellana. Y la “i” final se pierde con facilidad, o bien, mantiene su articulación palatal titubeante entre consonante y vocal. De ahí que “Hurthi” -que era el vocablo armenio que introdujeron los canteros devotísimos de la Virgen, que traían junto con sus amicísimos templarios, en la zona del Provenza y Reino de Aragón, que comprendía también la actual Cataluña-, se conservara en vasco-armenio del norte como “Urti” y al designar a la Virgen al lado de un río caudaloso, se le llamara la “Virgen dels Orti” o la “Virgen dels Ortz”.
Desde mitad del siglo XIII se venera en Villaverde del Río, al lado del Guadalquivir, una pequeña imagen de no más de 12 cm. Morena por cierto, y talla con corona de bastas piedras preciosas, asiática en su arte, de Asia Menor, armenia para más señas. ¿Qué duda puede caber de que un intrépido templario la portara como mascarón de proa en la testuz de su caballo en la conquista de las riberas del Guadalquivir formando parte de las huestes del Rey Fernando III? Desde entonces, allí se venera donde se encontró, y donde la devoción popular ha adornado con múltiples leyendas.
De lo que tampoco cabe ninguna duda es de que la palabra del catalán “Horts”, (huertos), nada tiene que ver con el naciente castellano contagiado por proximidad geográfica con el armenio-vasco Hurti > Orti > Ortz.
Ahora bien, el templario que portara la imagen desde las tierras navarro-vascongadas hasta el Guadalquivir, tampoco dudó en propagar la traducción de su significado originario de la “Virgen de las aguas abundantes”; y ya se encargó, a su vez, la devoción lugareña y popular de santificar las aguas para sus cultivos y orientar su devoción religiosa bajo la advocación de la “Virgen de las Aguas Santas”, en Villaverde del Río, (Sevilla). Es la misma antigua “Virgen dels Ortz”, la “Virgen de los Huertos” desaparecida tras la desamortización de Mendizábal, en Puente la Reina (Navarra) Aunque según últimas investigaciones de historia del arte se cree que se transformó en una imagen de Santa Águeda.
Seguiremos investigando los rastros del enigma de las vírgenes negras.
Dejaremos para otro momento la Teología Mariana de la Iglesia Católica Apostólica Armenia. Y su influencia en Francia y España.
También dejaremos para otro momento el análisis del arte en la iconografía de las tallas y pinturas religiosas de los primeros siglos del Cristianismo armenio.
De momento, prescindiremos de las innumerables leyendas de apariciones de Vírgenes en Europa.
Pero también seguiremos otro día.
Publicado por Jesus G. Castrillo en el blog de "El Enigma de Baphomet"
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