Fue al traducir de Krikor Beledian "50 años de la literatura armenia en Francia" del francés al Inglés que descubrí que Missak M...
Fue al traducir de
Krikor Beledian "50 años de la literatura armenia en Francia" del
francés al Inglés que descubrí que Missak Manouchian y yo éramos primos. ¿Quién
fue Missak Manouchian y por qué mi relación con él es importante? Voy a profundizar
en estas dos cosas un poco más adelante en este breve ensayo, que a propósito
he estructurado como un Chasse-croisé, un tejido de ideas y observaciones.
Por más de cincuenta
años existió en Francia varias generaciones de escritores armenios, la mayor
parte de ellos refugiados de un modo u otro de tierras otomanas, que
escribieron casi enteramente en armenio para una audiencia armenia. Algunas de
ellos, como Zareh Vorpuni, Hratch Zartarian, Nigoghos Sarafian y Shahan
Shahnur, eran parte de la llamada Menk o Nuestro grupo. También pienso
particularmente en otros -como la impresionante escritora feminista Zabel
Yessayan- quienes fueron sólo periféricamente parte de lo que se conoce como la
"Escuela de París" o "Tbrotsuh Parisi." Estos escritores
produjeron numerosas novelas, obras de teatro, revistas, periódicos,
folletines, ensayos, tratados de medicina y mucho más; todos en armenio
occidental.
¿Qué es para mí lo
más destacable acerca de estos -ahora difuntos- escritores? Simplemente que
escribieron en armenio occidental para una audiencia armenia. Ahora debemos
darnos cuenta de que todo esto se ha perdido, tal vez como una de las últimos coletazos
de la Aghet o catástrofe.
Sin embargo, hemos
perdido nuestra lengua no sólo por la voluntad aniquiladora de Turquía, sino
también por nuestras propias prioridades culturales y nuestra voluntad de
olvidar.
Asistí a un Liceo
Francés de Nueva York, por ejemplo, que es parte de una red mundial de escuelas
que formaron cientos de miles de ciudadanos de habla francesa en todo el mundo.
De hecho, en mi último año y la camada por debajo de mí en la escuela de Nueva
York, por lo menos cuatro estudiantes han sido reconocidos y hasta han sido
premiados como autores en francés.
Los armenios han
olvidado su lengua y fuera del Oriente Medio, han preferido construir
centenares -no miles- de iglesias,
muchas de los cuales permanecen ociosos o semivacío, olvidando que
mientras que la religión es parte de la cultura, si uno se olvida de la lengua
y de la historia, la religión es de poco consuelo.
Yo, de hecho, no oí
hablar de un solo graduado de alguna escuela diurna armenia en los Estados
Unidos o Canadá, que haya pasado a convertirse en un escritor armenio o en
traductor. ¿Cómo puede ser esto?
Esto me lleva a
Missak Manouchian , a quien he leído en profundidad por primera vez en el
maravilloso libro de Beledian. Manouchian, un poeta lírico y de renombre que
también fundó revistas como Chank (esfuerzo) y Mshaguyt (Cultura), era de
Adiyaman, el mismo pueblo que mis abuelos paternos. Cuando le mencioné este
hecho a mi familia -que el famoso poeta, comunista y revolucionario
inmortalizado por Leo Ferré y, más recientemente, por el cineasta Robert
Guédiguian- fuera de Adiyaman, todo el mundo parecía saber que era mi primo.
"Sí, él es tu primo", y entonces me explicaron cómo estábamos
relacionados.
Aún me parece
simplemente asombroso que durante más de treinta años nadie había mencionado
nunca esta parte no tan insignificante de nuestra historia familiar. ¿Sería
posible, por ejemplo, que en una familia judía relacionada con el cantante
Isaac Bashevis Singer, o Menachem Begin o un resistente famoso del Holocausto,
no lo tenga arraigado en si desde que nació? Poco probable. Pero esto casi ha
querido reflejar la experiencia de muchas familias armenias y que Peter
Balakian menciona, por ejemplo, en sus memorias familiares "Perro Negro
del Destino”. El Aghet nunca se habló en mi familia: mi padre hablaba de los
turcos en términos no reproducibles, mi madrina se remitía a la francesa, diciéndole
"Les Evenements" o "los acontecimientos", donde se hacían
alusiones a las "cosas terribles", pero ni una vez me explicaron
donde estaba mi familia, qué les había sucedido y cuál había sido su trayectoria desde Anatolia
y Cilicia a nuestra actual ubicación. De hecho, recuerdo haber pensado bien en
mi adolescencia que todos los armenios eran originarios del Líbano, ya sea de
Beirut y de Bourj Hammoud o del Bekaa Valley.
¿Cuál es el punto de
lo que estoy comentando aquí? Mientras que el armenio no son tan popular como
el francés, no hay ninguna razón por el que no se pueda construir escuelas tan
buenas como los liceos franceses. No hay ninguna razón que nos impida enseñar a
nuestros hijos a hablar, leer y escribir en armenio occidental, tres cosas que aprendí
con diferentes grados de éxito, de hecho, de adulto.
Y, finalmente, no hay
ninguna razón que no podamos contar nuestra historia -literaria y de otra
manera- al mundo y que sea transmitida de una generación a otra. Es simplemente
vergonzoso, por ejemplo, que incluso en Erevan, según relata el documental
maravilloso de Lara Aharonian y de Talin Suciyan "Búsqueda de Zabel",
que "nadie se acuerda de Zabel Yessayan, uno de los escritores más grandes
del siglo 20. Si lo hace, significa estar más comprometidos con nuestra lengua,
la literatura y la cultura. Esto significa traducir nuestra literatura a Inglés
y también al armenio occidental. Se puede hacer. Si somos capaces de construir
1.000 iglesias, entonces podemos construir 10 escuelas decentes e imprimir algunos
libros de texto. La pregunta es cómo se reconstruyen enlaces rotos y
si, en medio de la cacofonía irrelevante en que se ha convertido el diálogo
cultural de la diáspora, alguien tendrá la voluntad de hacerlo.
Publicado
originalmente en Ararat Magazine/ Traducción de SoyArmenio.com
Christopher Atamian
es un escritor, productor y director de cine con una sede en Nueva York,
graduado de la Universidad de Harvard (BA) y de la Universidad de Columbia
(MBA).
Es también columnista
de http://www.yevrobatsi.org , y es colaborador de New York Press, The New York
TImes y The Village Voice.
Atamian es el
fundador de Ni Alik, una asociación dedicada a llevar la cultura de vanguardia
Armenia al público en general.
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