Entrevista al historiador y político Masis Kürkcüg, un turco-armenio que no interviene en la comunidad armenia. Es miembro de la sección tu...
Entrevista al historiador y político Masis Kürkcüg, un turco-armenio que no interviene en la comunidad armenia. Es miembro de la sección turca de la IV Internacional.
El debate sobre el genocidio engloba el debate sobre la historia del fin del imperio otomano y el de la fundación de la república /1. Superando incluso los peligros presentidos por Kristian Rakovsky en la Revolución de 1908 y León Trotsky en La división de Turquía y la cuestión armenia, esta cuestión está en el fundamento mismo de la república. Es imposible para el estado admitir por sí mismo ni siquiera un debate sobre el tema. El actual presidente de la Asamblea Nacional había considerado un coloquio organizado por una universidad turca sobre la cuestión como una “traición”. La postura del gobierno turco consistente en decir “dejemos trabajar a los historiadores” equivale a insistir sobre la existencia de un “genocidio de turcos” si se examina la producción de historiadores “oficiales”.
Los debates sobre la fundación de la república han abierto brechas para los debates sobre cuestiones como la kurda o la armenia. Durante decenios, la existencia de los armenios en esta tierra ha sido negada. Los atentados de los años 1970 contra diplomáticos turco suscitaron dudas sobre la existencia de dolores desconocidos tras esta historia oficial. Durante los 20 últimos años, algunas editoriales han publicado obras importantes, ciertos intelectuales y periodistas se han opuesto abiertamente a la historia oficial y han permitido que la discusión avance sin marcha atrás posible.
Hoy, a pesar de la amenaza que representan leyes que se refieren a nociones tan abstractas como “la hostilidad a la turquidad” o “el rebajamiento de la turquidad”, el debate sobre el genocidio ha avanzado realmente. Es en razón de una tal ley que Hrant Dink /2 fue condenado. Su existencia puede ser utilizada contra quienes debaten de la cuestión armenia, lo que demuestra la duplicidad del gobierno turco que evoca la libertad de expresión.
Hoy, en la televisión, en los periódicos, es posible condenar la tesis de la historia oficial. Incluso quienes quieren “justificar” lo que ocurrió, están obligados a reconocer que se produjeron acontecimientos desgraciados que provocaron la muerte de centenares de miles de personas. Tanto que la tesis, ampliamente extendida hasta ahora, de que los “armenios habían matado más” comienza a ser ridícula. El discurso oficial tiene tendencia a convertirse en : “antes todo iba bien, luego hubo masacres de los dos lados, luego el asunto degeneró y hubo algunos centenares de miles de víctimas”.
En esta coyuntura, ¿cuál es la situación de los armenios de Turquía?
No hay que generalizar. Un círculo restringido y el periódico en lengua armenia Agos representado por H. Dink han iniciado debates importantes y abierto brechas en lo que concierne a la cuestión democrática en general, en Turquía. Una parte significativa de los armenios estima que esos debates no son útiles y prefiere guardar buenas relaciones con el gobierno. En fin, un buen número de ellos están molestos por esta cuestión cuando intentan salir adelante con dificultades en su vida cotidiana.
Dicho esto, tras el asesinato de H. Dink, las voces que protestan se han multiplicado. La comunidad está confrontada a cuestiones como las escuelas, las fundaciones, las obras históricas. Ha habido algunos avances sobre estas cuestiones incluso si se quedan a menudo a nivel simbólico. Más allá de los representantes oficiales de la comunidad, es posible hablar de un medio “civil”. En definitiva, incluso si generalmente la tendencia es esperar mejoras por parte del gobierno, se hacen oír voces más radicales.
¿Cómo valoras la proposición de ley adoptada en Francia, que condena la negación del genocidio armenio?
Esta proposición, como las precedentes, ha sido objeto de discusiones entre los historiadores. Una ley similar fue adoptada en Suiza y el proceso que siguió no ha tenido otro efecto que dar publicidad a los charlatanes nacionalistas. Condenar a multas es una forma extraña de hacer tomar conciencia. Quien tiene dinero podría por tanto hacer negacionismo, insultar… o masacrar. Los dirigentes turcos se sitúan por otra parte en este mismo plano puesto que temen por encima de todo las demandas de indemnización. Se puede constatar que, al contrario de lo que se espera, los resultados políticos de la condena del negacionismo o de la prohibición de los partidos fascistas son negativos. Lo importante es que la búsqueda de la verdad siga viva y que el contexto sea propicio.
¿Cuáles serán las consecuencias en Turquía?
Hay armenios, como H. Dink, que estimaron siempre que estas leyes no tienen sentido. No hay que creer que gracias a una ley así el debate será más fácil en Turquía. Cuando lo importante –primero para quienes no están al corriente de esta cuestión- es que la gente que es producto de esta historia pueda discutir libremente aquí mismo. De forma simétrica, una ley así refuerza la posición de los “prohibicionistas”, de los nacionalistas.
Además, en un contexto europeo en que el odio hacia los extranjeros se refuerza considerablemente, esta cuestión puede ser utilizada contra una parte de la población inmigrada. Para que el gobierno francés haya podido tener un mínimo de credibilidad, habría sido necesario que sus manos estuvieran limpias…
Notas
1/ Revolución de 1908: revolución política por la que los “jóvenes turcos” toman el poder.
2/ Hrant Dink, periodista de izquierdas, redactor jefe de la revista en lengua armenia Agos. Asesinado por un ultranacionalista turco en 2007.
Entrevista realizada por Suren.
Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR
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