Masivo exilio de cristianos coptos de Egipto

Según los datos publicados recientemente en un informe realizado por la ONG copta Federación Egipcia por los Derechos Humanos, desde el pas...

Según los datos publicados recientemente en un informe realizado por la ONG copta Federación Egipcia por los Derechos Humanos, desde el pasado mes de Marzo han abandonado el país unos 93.000 cristianos coptos y se estima que a final de año la cifra de exiliados podría elevarse hasta los 250.000, según cita Al Masri Al Yom.

El éxodo de cristianos coptos hacía Estados Unidos, Australia o la Europa Occidental ha sido constante en los últimos años por varios factores como el auge del Islam político en la sociedad egipcia o el hecho de que los coptos han sido siempre ciudadanos de segunda en Egipto (Dhimnís) a pesar de que el régimen presidencialista de Mubarak se definía como secular y no islamista.

Sin embargo, este exilio ha ganado fuerza en los últimos meses por el miedo existente en la comunidad copta a un futuro gobierno islamista dirigido por los Hermanos Musulmanes y por la pasividad de las fuerzas del orden y la connivencia de las autoridades transitorias del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas ante hechos de violencia como los ocurridos el pasado Viernes, cuando la Iglesia de San Jorge en la localidad de Elmarinab in Edfhu fue incendiada por varios miles de musulmanes violentos tras salir de las oraciones del Viernes, de acuerdo a la agencia AINA.

Al parecer, según la Sharia o leyes islámicas, los coptos pueden disponer de sus templos pero no pueden edificar nuevos lugares de culto ni ampliar los ya existentes y las autoridades no autoriza´n más las reformar de las iglesias, por que temen que sirvan de pretexto para disturbios y enfrentamientos por partes de grupos extremistas.

Precisamente, eso es lo que ocurrió el pasado Viernes en dicha localidad egipcia. Las reformas en la iglesia de San Jorge no gustaron a los muslims y el Iman de la mezquita, durante la "Jutba" o sermón, los incitó a presentarse en la Iglesia y aplicar la ley por sus propias manos con el consiguiente resultado de la iglesia incendiada, destruicción de negocios, propiedades y domicilios de varias familias coptas

Por su parte, las fuerzas de seguridad se llamaron al silencio y los medios a la distorsión de los hechos, haciendose eco de la postura del gobernador de la provincia de Asuán, Mustafá El Sayed, quien negó el incendio y la destrucción del templo, culpando del ataque a las propiedades a los mismos coptos por que habían realizado una ampliación de la iglesia por encima de los metros permitidos por ley y los permisos que él autorizó. (vía LaFusión)