El festejo del Año Nuevo en la antigüedad precristiana era el máximo acontecimiento de los armenios y se prolongaba por espacio de siete d...
El festejo del Año Nuevo en la antigüedad precristiana era el máximo acontecimiento de los armenios y se prolongaba por espacio de siete días. Cientos de miles de peregrinos se dirigían a los centros religiosos del país, donde el rey en persona presidía los festejos acompañado por los nobles, los dignatarios religiosos, los jefes militares, la aristocracia y todo el pueblo.
Los juegos de Navasárt incluían competencias: carreras pedestres, salto, lucha, destreza con lanzas, lucha con espadas, carreras de caballos y cuadrigas, lanzamiento de jabalina, tiro con arco y flecha, levantamiento de pesas, distintos tipos de practicas de atletismo, etc. La gran difusión de las prácticas deportivas llevó a muchos atletas a participar en competiciones de primer orden en otros países. Gracias a los antiguos cronistas nos han llegado registros únicos que enriquecen la historia de los deportes. Basta decir que deportistas armenios participaban de los Juegos de Roma y los Juegos Olímpicos de Grecia. En el año 281, el armenio Trdat, se coronó campeón de los Juegos de Roma. En los Juegos Olímpicos del año 385, el atleta armenio Varazdat se impuso en el antiguo pentatlón griego que comprendía competencias en carreras pedestres, salto, lanzamiento de disco, lanzamiento de jabalina y lucha.
La actividad deportiva estaba tan difundida que el Código de Leyes sistematizado por Mejitar Gosh en el siglo XII, hasta plantea cómo se debían celebrar las distintas competiciones.

Los Primeros Juegos Pan-armenios se llevaron a cabo del 28 agosto hasta 5 septiembre de 1999. Las delegaciones de 62 ciudades y 23 países participaron en los Juegos. El programa de los Juegos consistió en 7 deportes, fútbol, basket, voleibol, atletismo, tenis, tenis de mesa, ajedrez.
La antorcha de los Juegos fue encendida simbólicamente en el templo pagano de Garni. Durante la ceremonia de inauguración le correspondió al legendario campeón olímpico Albert Azarián, prender con esa antorcha la llama olímpica de los Juegos en el estadio.
Todo comenzaba cuando el rey proclamaba la llegada del nuevo año haciendo sonar el pogh (especie de cuerno ritual) a la vez que se oía el estruendoso batir de los tambores. Tras el anuncio, se celebraban los Juegos de Navasárt que incluían prácticas militares, competencias deportivas y sacrificios de animales, así como predicciones, cantos, danzas y representaciones teatrales. Para apreciar la dimensión de los Juegos de Navasárt de Armenia debemos necesariamente tener presente los Juegos Olímpicos de la antigua Grecia, con los que tenía muchas similitudes.


Muchas de las prácticas de los Juegos de Navasart en mayor o menor medida sobreviven, con cambios mínimos, en la tradición folklórica. Ejemplo de esto es la lucha popular armenia “koj”, que guarda similitudes con la antiquísima variante grecorromana. La práctica se lleva a cabo sobre una alfombra tradicional tejida a mano de 4x4 metros de lado y se acompaña con la música estridente de los zurná, instrumento de viento cuyo sonido recuerda al de las gaitas y el tambor armenio dëhól. Lo característico es que los luchadores deben bailar un minuto antes de trabarse en lucha, lo que es aprovechado por cada contrincante para estudiar a través de los movimientos alguna debilidad del otro.
La segunda vida de los Juegos de Navasart se remonta a algo más de medio siglo, y es un fenómeno que se gestó entre los armenios de la Diáspora, descendientes de los sobrevivientes del Genocidio de 1915-1923, llevado a cabo por el gobierno de Turquía.
En 1918 se fundó la Unión General Armenia de Cultura Física (Homenetmen), la naciente institución iba a dedicarse específicamente al deporte y al movimiento scout. Por esta razón sus miembros fundadores dedicaron sus esfuerzos a la atención de los huérfanos sobrevivientes de las matanzas sistemáticas organizadas por el estado Turco, brindándoles asistencia médica y social. No había pasado un año, desde la fundación y ya existían 25 filiales. En la actualidad Unión General Armenia de Cultura Física (Homenetmen), cuenta orgullosa con 90 filiales y más de 25.000 socios en los cinco continentes.

Correspondió a la Unión General Armenia de Cultura Física (Homenetmen) revivir los Juegos de Navasart que con el mismo nombre evocaban las gestas deportivas de la antigüedad. Se implementaron campeonatos deportivos intercomunitarios e interinstitucionales, con el fin expreso de congregar a las jóvenes generaciones de armenios dispersos por el mundo a través del deporte e infundirles el espíritu nacional armenio. Obviamente se implementaron los deportes difundidos actualmente en todo el mundo.
La idea de organizar Juegos Deportivos con la participación de los armenios de las diferentes comunidades del mundo se fue generalizando gracias a varias organizaciones deportivas armenias de la Diáspora: Unión General Armenia de Beneficencia (UGAB), Unión General Armenia de Cultura Física y Scoutismo (HOMENETMEN) y Asociación Armenia de Deporte (HOMENMEN ) quienes cuentan hoy en día con sus propios juegos intercontinentales.



El joven diplomático soviético de origen armenio, Ashót Melík-Shahnazarián tuvo la idea de organizar juegos verdaderamente universales para todos los armenios en el mundo cuando por su actividad diplomática se encontraba en Brazzaville, capital de la República Popular del Congo en 1965, que se aprestaba a participar en los primeros Juegos Pan-Africanos. Pero la idea de tener Juegos Pan-armenios en tiempos soviéticos era difícil y su autor se vio obligado a esperar hasta 1991, cuando como consecuencia de la disolución de la antigua URSS, Armenia se convirtió en un estado independiente.

Los Primeros Juegos Pan-armenios se llevaron a cabo del 28 agosto hasta 5 septiembre de 1999. Las delegaciones de 62 ciudades y 23 países participaron en los Juegos. El programa de los Juegos consistió en 7 deportes, fútbol, basket, voleibol, atletismo, tenis, tenis de mesa, ajedrez.
La antorcha de los Juegos fue encendida simbólicamente en el templo pagano de Garni. Durante la ceremonia de inauguración le correspondió al legendario campeón olímpico Albert Azarián, prender con esa antorcha la llama olímpica de los Juegos en el estadio.
Sergio Kniasian
Es profesor y docente Historia y Cultura Armenia en el Colegio San Gregorio, especialista en las tradiciones, costumbres y
leyendas armenias.
Fundador en 1993 y Director del Conjunto de Danzas Folklóricas MASÍS, que auspicia el Arzobispado de la Iglesia Apostólica Armenia de la República Argentina
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