Todos recuerdan con alegría como se festejó en nuestro medio el Año Nuevo Armenio 4.500 hace apenas cuatro años. Una multitud ...
Todos recuerdan con alegría como se festejó en nuestro medio el Año Nuevo Armenio 4.500 hace apenas cuatro años.
Una multitud reunida delante de la Catedral San Gregorio el Iluminador fue participe de los tradicionales rituales, las manifestaciones artísticas y hasta de una exhibición de fuegos artificiales con los que se conmemoró esta fecha tan significativa.
Este año retomando el entusiasmo creado por esta celebración, el Año Nuevo Armenio 4504 se festejará con gran despliegue y pompa el próximo 11 de agosto, organizado por el Arzobispado de la Iglesia Apostólica Armenia de la Argentina.
Apenas un año después, el 5 de febrero de 2009, el Parlamento de Armenia aprobaba el proyecto del diputado Artsvik Minasián, que proponía que el 11 de agosto de cada año sea festejado como “Día de la Identidad Nacional Armenia” y los cinco días precedentes, sean dedicados a encuentros panarmenios para festejar el Navasárt (Antiguo Año Nuevo de la tradición armenia).
El año nuevo armenio “Navasárt”
Todo comenzaba cuando el rey proclamaba la llegada del nuevo año haciendo sonar el pogh (especie de cuerno ritual) a la vez que se oía el estruendoso batir de los tambores. Tras el anuncio, se celebraban los Juegos de Navasártque incluían prácticas militares, competencias deportivas y sacrificios de animales, así como predicciones, cantos, danzas y representaciones teatrales. Para apreciar la dimensión de los Juegos de Navasárt de Armenia debemos necesariamente tener presente los Juegos Olímpicos de la antigua Grecia, con los que tenía muchas similitudes.
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El diputado Artsvik Minasián, autor del proyecto aprobado por el Parlamento |
En los fundamentos presentados se decía que, según los antiguos cronistas e historiadores, fue el 11 de agosto de 2493 a.C., cuando el legendario patriarca Haik triunfó en su lucha por la libertad de la nación. Ese día es considerado como el inicio de la cronología armenia, cuyo recuerdo, paradójicamente durante siglos, fue mantenida por la Iglesia Apostólica Armenia.
Tras seiscientos años de interrupción, la joven República de Armenia recuperó una antiquísima tradición y se está preparando para festejar, ahora oficialmente y por segunda vez consecutiva, la llegada del Año Nuevo Armenio Navasárt.
Todos los libros de historia armenia comienzan indefectiblemente con las distintas teorías del origen del pueblo armenio entre las cuales tiene un sitial relevante la leyenda épico-mitológica de Haik, quien es considerado el antepasado epónimo de todos los armenios. Este, tras el Diluvio Universal y la división de las lenguas durante la construcción de la Torre de Babel, reunió a los suyos y deseando vivir libre, se marchó al norte, hacia Armenia, tomando posesión del país que había heredado de su abuelo Torgóm, nieto de Noé.
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Colorida ceremonia delante del templo pagano de Garni |
Como era de esperar este accionar lo llevó a un conflicto armado con Babilonia, Haik no se dejó amedrentar por la superioridad numérica del tirano Bel y sus huestes babilónicas, presentándole batalla en un lugar previamente escogido. Utilizando estratégicamente el tortuoso medio geográfico de las montañas de Armenia más sus dotes militares, Haik venció a Bel instaurando de este modo la primera independencia de Armenia.
Según la tradición, el calendario armenio comienza el día en que Haik venció a Bel, exactamente en el año 2493 antes de Cristo. Según las antiguas fuentes, el mitológico Haik, además de organizar el país, fue quien, como el dios griego Cronos, delimitó el tiempo, estableció los meses del año y finalmente dispuso las horas del día. El festejo del Año Nuevo en la antigüedad precristiana era el máximo acontecimiento de los armenios y se prolongaba por espacio de siete días. Cientos de miles de peregrinos se dirigían a los centros religiosos del país, donde el rey en persona presidía los festejos acompañado por los nobles, los dignatarios religiosos, los jefes militares, la aristocracia y todo el pueblo.
Todo comenzaba cuando el rey proclamaba la llegada del nuevo año haciendo sonar el pogh (especie de cuerno ritual) a la vez que se oía el estruendoso batir de los tambores. Tras el anuncio, se celebraban los Juegos de Navasártque incluían prácticas militares, competencias deportivas y sacrificios de animales, así como predicciones, cantos, danzas y representaciones teatrales. Para apreciar la dimensión de los Juegos de Navasárt de Armenia debemos necesariamente tener presente los Juegos Olímpicos de la antigua Grecia, con los que tenía muchas similitudes.
Según las antiguas crónicas y las obras de numerosos historiadores medievales, las ceremonias que conmemoraban el inicio del Año Nuevo tenían, además del carácter festivo, el de ceremonia de Acción de Gracias. Se agradecía fundamentalmente por los frutos que se prodigaban, gracias a los cuales vivía y se desarrollaba el hombre y prosperaba la nación toda.
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Un ambiente mágico de hace milenios renace delante del antiguo templo pagano de Garni |
Durante la antigüedad pagana la festividad de Navasárt tenía un hondo contenido religioso. La ceremonia central se llevaba a cabo en Bagarán, la ciudad de los dioses, donde además de las celebraciones populares profanas se realizaban ceremonias rituales religiosas en las cuales se ofrendaban a los dioses los primeros frutos de las distintas cosechas. Tras la adopción del Cristianismo en nada cambió la intención de la fiesta, es más, se le dio un marco especial con la instauración de la ceremonia de la “Bendición de las Uvas”.
La adopción del cristianismo y la proclamación del mismo como religión oficial de Estado en el año 301 no trajeron aparejado un cambio en el calendario por lo que el año nuevo se siguió festejando el 11 de agosto hasta el siglo XVIII y en algunas regiones remotas hasta prácticamente el siglo XX.
Sergio Kniasian
Es profesor y docente Historia y Cultura Armenia en el Colegio San Gregorio, especialista en las tradiciones, costumbres y
leyendas armenias.
Fundador en 1993 y Director del Conjunto de Danzas Folklóricas MASÍS, que auspicia el Arzobispado de la Iglesia Apostólica Armenia de la República Argentina
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